En julio pasado se cumplieron los primeros 20 años del Sistema de Riesgos del Trabajo. En este período de dos décadas de trabajo continuo, enfocado a la prevención y atención de accidentes laborales y enfermedades profesionales, el compromiso conjunto de la sociedad argentina a través de sus empleadores, trabajadores, aseguradoras y el Estado en su rol de regulador y fiscalizador, permitió construir un escenario laboral mucho más seguro para los argentinos. La realidad hoy nos muestra que hay resultados:

POBLACIÓN CUBIERTA 10.000.000 de trabajadores

1.500.000 empleadores

PREVENCIÓN 69% de caída en fallecidos. + de 9.200 fallec. evitados

760.000 visitas y 1.500.000 recomendaciones realizadas

PRESTACIONES EN ESPECIE 6.000.000 de prácticas prestacionales en el último año

11.000 recalificaciones realizadas en el último año

PRESTACIONES DINERARIAS Se multiplicaron por 6,06 en los últimos 4 años

 

Esos números, que no son frías cifras, sino que en todos los casos remiten a personas identificables, dan cuenta del camino recorrido, las metas alcanzadas, la aceptación del sistema en la sociedad y la eficacia de su funcionamiento. Demuestran la utilidad del esfuerzo realizado por sus actores. Hoy ya es un valor adquirido y apreciado. 2016, en cuanto a prevención y atención de riesgos laborales, a todas luces nos devuelve una realidad extremadamente mejor que la imperante en 1996.

Hasta ese momento se contaba con un precario esquema resarcitorio. Hoy es un sistema integral que contribuye a la prevención de accidentes y atiende desde el minuto cero y hasta su recuperación total o máxima posible a los trabajadores que sufren un accidente o padecen una enfermedad laboral. La atención se extiende a lo largo de todo el país y se respalda en una enorme cantidad d prestadores médicos de alta, media y baja complejidad, con formación específica para cada patología. La tarea en muchos casos incluye además la reinserción y recalificación laboral. Además, en los últimos 4 años las prestaciones dinerarias crecieron 506% mediante la aplicación de la actualización semestral del índice salarial denominado RIPTE.

 

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DINAMISMO E INNOVACIONES

En estas dos décadas el Sistema original fue mejorado en múltiples aspectos con el norte claro de ampliar la protección y extender su cobertura con el conocimiento de más patologías y la mejora de los montos indemnizatorios. Asimismo, se produjo la inclusión de nuevos colectivos sociales, como el de los empleados de casas particulares que sumaron más de 500 mil trabajadores. Un sinnúmero de herramientas, protocolos y servicios se fueron poniendo en marcha a fin de perfeccionar y aportar a la mayor calidad y profesionalización del servicio.

INNOVACIÓN PERMANENTE

Hay resultados

1996 Puesta en marcha del sistema. Afiliación 3,6 millones de trabajadores y 344 mil empleadores.
1997 Programa de Acciones para la Prevención.
1998 Registro de siniestralidad / Exámenes médicos.
1999 Sistema de denuncias de incumplimientos.
2000 Alta temprana de trabajadores.
2001 Programa de “Empresas Testigo” / Asesoramiento jurídico de las CCMM.
2002 Traslados de accidentados /CECAP /Sustancias Toxicológicas.
2003 Recalificación Profesional /semana argentina de la salud y seguridad.
2004 Programa de Reducción de accidentes mortales.
2005 Programa de Prevención en las PyMEs /Sist Comun. SRT/ATL.
2006 Simplificación y unificación registral.
2007 Modificación al Reg. de Siniestros.
2008 Ventanilla electrónica.
2009 Contrato de afiliación/e-servicios/Programa de Alta Siniestralidad en la Construcción.
2010 Registro de juicios / CCG.
2011 EPP/Nuevo trámite en CCMM / Construcción – Demolición y Excavación.
2012 Protocolos de Prevención (Ruido/iluminación).
2013 Atención al público – Protocolos tratamientos médicos.
2014 Programa Anual de Prevención /Programas de Prevención por Ramas de Actividad.
2015 Procedimiento CCMM / Protocolos Prevención.

 

EL SISTEMA EN UN LABERINTO

Todos estos avances en la salud y seguridad ocupacional de los argentinos, sin embargo enfrentan hoy una importante amenaza: el sideral incremento de los juicios a las aseguradoras. La reforma del año 2012, liberó a los empleadores de los juicios por responsabilidad civil, pero esas demandas se redireccionaron hacia las ART. Un sistema pensado para dar respuesta pronta y efectiva en la atención médica y en el resarcimiento dinerario, ha sido puesto tras las cuerdas por un embate judicial desmedido. Lo que el sistema resuelve por una autopista amplia, expedita, rápida y equitativa para todos, ha sido llevado a un escenario de caminos laberínticos con salidas poco asequibles y resultados inciertos. El incremento de la judicialidad, ya más de 300 mil demandas en stock, más 122 mil que ingresarán en 2016, demandan una enorme cantidad de recursos. Ese sobrecosto más el pasivo contingente afecta la estabilidad del sistema.

Los juicios ingresados en el último mes de octubre alcanzaron a 12.444. En los primeros 10 meses del año alcanzan a los 102.097 juicios, un 16% más que en enero/octubre de 2015. De 2003 a 2016 la litigiosidad se multiplicó por 41.

LITIGIOSIDAD CRECIENTE

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Las provincias que concentran la mayor cantidad de demandas son Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza, Córdoba y provincia de Buenos Aires. En CABA por cada 100 accidentes ocurridos (que se atienden por la vía administrativa), se presentan 38 demandas.

Lo paradójico en este panorama es que aún en los sectores económico-productivos con más riesgo implícito, los accidentes bajan sistemáticamente. El descenso sistemático, constante y progresivo de la siniestralidad, dato que por lógica debería generar menos juicios, no incide hoy en la disminución de las demandas. Ambas variables operan de manera independiente, desenganchadas.

LITIGIOSIDAD CRECIENTE

EVOLUCIÓN DE JUICIOS INICIADOS POR PROVINCIA CADA 100 SINIESTROS OCURRIDOS

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** Proyección

ACCIDENTES EN BAJA

EVOLUCIÓN DE LOS ACCIDENTES POR SECTOR DE ACTIVIDAD CADA 1.000 TRABAJADORES CUBIERTOS

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Analizando este fenómeno desde UA RT se entiende que buena parte de la solución a esta grave problemática se encuentra en manos del Poder Judicial, así lo viene predicando desde que, con la entrada en vigencia de la Reforma de 2012, surgieron diversas interpretaciones judiciales en cuanto a su aplicación.

Recientes fallos emitidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, aclaran y sientan jurisprudencia sobre una serie de cuestiones  que proliferaban en los Tribunales con interpretaciones diversas: retroactividad, aplicación de la actualización por índice RIPTE y aplicación del 20% adicional. Entre las materias de notoria y heterogénea interpretación judicial, que inciden de manera muy gravitante en la cantidad de nuevos juicios que ingresan cada año, está el de la valoración de la incapacidad. La Reforma del año 2012 previó una tabla mediante la cual se establecen los porcentajes de incapacidad correspondiente a cada daño o incapacidad permanente, con el objetivo de dar celeridad, certidumbre y tratamiento equitativo a los trabajadores que quedan con una incapacidad permanente. Esta tabla, que constituye parte inescindible de la aplicación de la LRT, suele no ser utilizada por los peritos judiciales. Por este motivo, además, es necesario avanzar en la regulación del quehacer pericial en el ámbito de la justicia, a la vez que desacoplar los honorarios de los peritos del resultado del dictamen.

Actualmente, hay iniciativas legislativas de diferentes actores del sistema, tales como las focalizadas a modificar el procedimiento administrativo para la determinación de contingencias, por lo cual agradecemos la enorme voluntad y la firme vocación en resolver la alta judicialidad y cuidar los logros del sistema. Sin perjuicio de lo cual, destacamos que para que dichas iniciativas resulten eficaces, se requiere de diálogo y trabajo conjunto de ese rediseño.

El punto de equilibrio se encontrará cuando se pueda gestionar este sistema con mecanismos que brinden interpretación unívoca de sus parámetros y automaticidad en cuanto a las prestaciones determinadas. De esta manera se podrá operar con bases aseguradoras. Será necesario un acuerdo sistémico ante la definición de contingencias y prestaciones. Y en el caso de subsistir discrepancias, mecanismos ágiles de resolución que remitan a esas definiciones.

Salvado este devenir en materia judicial, se puede afirmar que hoy nada es igual a 1996, todo es mejor. Ya no se trata de una utopía, ni de una idea o desafío de actores sociales, el Sistema de Riesgos del Trabajo es una realidad concreta, que brinda atención y resultados a la sociedad trabajadora en su conjunto: Empleadores y trabajadores. El escenario laboral, en la actualidad, es totalmente diferente al que se trajinaba antes de 1996. Hay un sofisticado andamiaje de servicios, en permanente mejora y en dinámica evolución para prevenir y atender eficientemente a las 10 millones de personas sobre las que tutela. Es un logro en el plano social y económico que debemos conservar. Por eso nuestro mensaje a la sociedad, en esta difícil coyuntura de aumento sideral de la litigiosidad, es: Cuidemos y Utilicemos el Sistema responsablemente. Está claro que “con menos accidentes, ganamos todos. Y con menos juicios, también”.

 

 

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