El Día Mundial de la Salud Mental es una jornada que nos invita a tomar conciencia sobre una de las problemáticas centrales vinculadas a las enfermedades mentales en el ámbito laboral: el burnout o el síndrome del trabajador quemado.

Liliana Moroni (MN 5855) -coordinadora del Servicio de Psicopatología- y Aldana De Luca (MN 70031) -integrante del equipo- nos cuentan cuáles son los síntomas, qué se puede hacer para evitarlo y cómo acompaña el Centro Médico a los trabajadores en el cuidado de la salud mental.

-¿Qué es y cuáles son las principales señales del burnout? 

-El síndrome de burnout, o también llamado “síndrome del trabajador quemado”, se produce cuando un trabajador está expuesto de forma crónica o prolongada al estrés laboral. Esto produce un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador. Es un proceso en el que progresivamente el trabajador sufre una pérdida del interés por sus tareas y va desarrollando una reacción psicológica negativa hacia su tarea laboral.

-¿Cuándo comenzó a considerarse al burnout como una enfermedad?

-El primer registro de este síndrome se dio en 1974, cuando Herbert Freudenberger observó cómo los voluntarios que trabajaban con toxicómanos, tras un tiempo en su puesto de trabajo, sufrían una pérdida de energía, agotamiento y desmotivación por su labor. Este autor describió a estas personas como menos sensibles y poco comprensivas en su relación con los pacientes, incluso dándoles un trato distante. Decidió utilizar este término que refería a los efectos del consumo crónico de las sustancias tóxicas de abuso. Pero pasaron muchos años hasta que fuera reconocido. En el año 2000, la Organización Mundial de la Salud reconoció el estrés laboral como un factor de riesgo, y recién en 2019 el Síndrome de Burnout fue reconocido dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades, una patología asociada al agotamiento mental, emocional y físico causado por el trabajo.

Originalmente, se consideraba un síndrome que sólo se manifestaba en profesionales de servicio, tales como médicos y maestros. Sin embargo, en los últimos años se ha ampliado a todo tipo de profesiones, tales como administrativos, seguridad, informáticos, entre otros.

-¿Cuáles son los principales síntomas?

-Las personas que padecen este síndrome pueden presentar distintos síntomas: pinchazos en el pecho, dolores musculares en la espalda y cuello, dolores de estómago y dolores de cabeza, taquicardias, palpitaciones, dificultades respiratorias, hipertensión, úlceras o desórdenes gastrointestinales y diarrea, entre otros. A nivel conductual, pueden sufrir aumento de la irritabilidad, conflictos familiares, cambios bruscos de humor, aislamiento, incapacidad para relajarse, dificultad en la concentración y la memoria, sentimientos de frustración profesional, desmotivación y disminución de la autoestima.

-¿Qué consecuencias puede tener esta patología?

-Las consecuencias relacionadas con el ámbito laboral suelen ser el incremento de la tasa de ausentismo y licencias laborales, disminución del desempeño del trabajo y falta de calidad del servicio. Es importante recalcar que causa en los trabajadores insatisfacción laboral, falta de compromiso organizacional, intención de abandonar la institución y conflictos interpersonales con sus compañeros. También suelen aparecer, demoras en sus labores diarias y necesidad de tomar períodos largos de descanso.

-¿La pandemia influyó en el crecimiento del burnout entre los trabajadores?

-Nos parece importante recalcar que si bien la pandemia influyó en el aumento de este síndrome, no sería la causa. Más bien lo remarcó y acentuó ya que implicó una reorganización en el estilo de vida personal y laboral. Muchas personas pasaron de trabajar diariamente en una oficina al home office y a ayudar a sus hijos con cosas escolares, para luego reorganizarse y volver a lo presencial.

-¿Qué se recomienda para combatirlo? 

-Para combatirlo es muy importante disminuir el estrés, enfocándose en el aprendizaje de nuevos hábitos positivos. Dicho en otras palabras, es muy importante fomentar mayor resiliencia. Esto es la capacidad que tenemos los seres humanos para sobreponernos al dolor emocional y situaciones adversas.

Algunas de las actividades que pueden ayudar en este cambio de hábitos son realizar actividad física con regularidad, alimentarse bien, descansar las horas adecuadas, tener pausas durante la jornada laboral, saber decir que “no” para evitar la sobreexigencia laboral, planificar momentos de relax durante el día, planear actividades con seres queridos y amigos, realizar actividades de disfrute y tener metas realistas. En caso de considerarlo o que los síntomas persistan, es importante consultar con un profesional de la salud mental que esté familiarizado con esta problemática.

-¿Cómo acompaña el Centro Médico a las empresas en el cuidado de la salud mental de sus trabajadores? 

-Desde el CMIFR creemos que hay que darle mucha importancia a la prevención de este síndrome y de la salud mental en general de los trabajadores. Estamos en constante planificación de campañas de capacitación y promoción de la salud mental. Contamos con un equipo especializado en la problemática con el que brindamos charlas informativas. Con ellas buscamos que los trabajadores entiendan sobre la importancia del cuidado de la salud mental, así como que no deben inhibirse ante esto porque es un síndrome habitual en los trabajadores y no algo que le pasa a uno solo. También transmitimos diversas herramientas para poder comunicarse de una mejor manera tanto con pares como con sus superiores y profesionales, haciendo énfasis en la importancia de la palabra y lo no dicho. Por otra parte, consideramos que es importante estar atento a la falta de energía, irritabilidad, aumento de la ansiedad, abatimiento de los trabajadores para una detección temprana. En el caso de detectar que alguien esté padeciendo alguna sintomatología, contamos con un espacio de escucha, contención y sostén para afrontar esa situación.

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