Este síndrome del quemado afecta a muchas personas, de diversas maneras y en los trabajos puede generar conflictos.

El síndrome de burnout, es el stress que se da dentro del ámbito del trabajo. Sepa cómo prevenirlo para no ser afectado por el mismo. El stress es un mal que afecta a muchas personas hoy en día y el ámbito laboral no está exento. Pero la palabra en boga en la actualidad para describir el stress y las presiones dentro del trabajo es burnout.

 

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¿Qué es el burnout?

Este palabra nace en la década del 70, más precisamente en el año 1974, cuando un psiquiatra de la ciudad de Nueva York, de apellido Freudemberg observó en su lugar de trabajo que al año los empleados sufrían una pérdida de energía, acompañada de ansiedad y depresión, lo que llevaba a una desmotivación en el trabajo y una continua agresividad. En el año 1976 Cristina Maslach, una psicóloga social de los Estados Unidos, calificó a los mismos comportamientos que describió Freduemberg como Burnout o síndrome del quemado, para referirse a un conjunto de respuestas emocionales que afectaban a los profesionales de ayuda. Determinó que los afectados sufrían “sobrecarga emocional” o síndrome de Burnout y lo definió como “síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal que puede ocurrir entre individuos cuyo trabajo implica
atención o ayuda a personas”.

¿A quiénes afecta?

Tal como decía el informe de Maslach, los más propensos a la hora de contraer este síndrome son trabajadores que están en contacto con situaciones sociales desfavorables o bien personas que deben atender al público en general.
Otro grupo que puede verse afectado son los estudiantes o trabajadores que se encuentran en sus primeros años de incursión laboral. Esto se debe a que se produce una transición entre las expectativas que se tenían en los primeros años de carrera y la realidad laboral que les toca enfrentar. Las mujeres están también dentro del grupo mayormente afectado debido a que se enfrentan a dos desafíos: por un lado responder a las exigencias que se les plantea en el terreno laboral y por otro todas las demandas que se las plantean dentro del núcleo familiar.
Las personas solteras o las que no poseen pareja estable también suelen ser las más afectadas por el burnout debido a la despersonalización que esto provoca.

Por último la antigüedad laboral también puede ser causante de stress en el trabajo, ya que los que recién comienzan se ven afectados por la dura competencia que puede llegar a haber y por las ganas de ascenso, en tanto los que tienen más de 10 años de antigüedad también se ven perjudicados ya que se suponen que tienen cargos directivos con las consiguientes presiones que éstos generan y que provocan stress.

El principal problema del burnout es que no se presenta de un día para el otro sino todo lo contrario. Se va gestando de a poco y es oscilante, o sea que se entra y se sale del mismo y es difícil de diagnosticar ya que no se sabe si se padece eso o solamente es el desgaste propio de la profesión del trabajador. Además este problema se lo tiende a negar y se lo vive como un fracaso personal.

Desencadenantes: factores estresantes percibidos con carácter crónico que ocurren en el ambiente laboral:

Ambiente físico de trabajo y contenidos del puesto:

  • ruido, iluminación, vibraciones, temperatura, condiciones higiénicas del lugar de trabajo, toxicidad de los elementos con los que hay que trabajar, espacio físico disponible, etc.
  • turnos rotativos, trabajo nocturno, estar expuesto a riesgos y peligros, sobrecarga laboral, etc.
  • oportunidad para emplear las habilidades adquiridas, variedad de tareas a realizar, retroinformación recibida por el desempeño, etc.

Desempeño de roles, relaciones interpersonales y desarrollo de la carrera:

  • ambigüedad de rol, conflicto de rol, etc.
  • calidad de las relaciones formales, falta de cohesión del grupo, etc.
  • falta de seguridad en el puesto, y de posibilidades de promoción.

Nuevas tecnologías y otros aspectos organizacionales:

  • Tecnificación de las relaciones interpersonales cliente-profesional.
  • Centralización, complejidad y formalización organizacional (grado de participación, autonomía permitida, tipo de supervisión, etc).

¿Posibilidad de solución?

La mejor manera de combatir el burnout desde dentro de las compañías es restándole presión a sus empleados, además de  rindarles la comodidad necesaria para que éstos tengan menor posibilidad de sentirse quemados dentro del mismo. Además en la actualidad se puede contar con procesos de intervención interdisciplinarios (médico o psiquiatra, psicólogo clínico, trabajador social y empresa) donde se sugieren ajustes organizacionales (estrategias organizacionales), el apoyo entre compañeros
de trabajo (estrategias grupales) y el tratamiento individual (estrategias individuales)

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