Poner en manos de otros alguna tarea o responsabilidad no es tan complicado. Se trata de un proceso de aprendizaje mutuo que dista mucho de simplemente, atribuir tareas. Delegar es mucho más que eso, es la característica que mejor describe a un buen líder.

El líder que delega también debe ceder toda la información relevante para llevar a cabo la tarea correspondiente de manera eficiente.

Se trata de una habilidad que sólo aquellas personas con características de buenos líderes pueden llevar adelante. Implica hacer sentir al otro que su acción y su opinión son valiosas, que su conocimiento y su talento son imprescindibles para la empresa. Hablamos de dejar atrás actitudes impositivas y prepotentes que sólo consiguen desmotivación de parte del empleado y frenan el cumplimiento de sus metas, para reemplazarlas por acciones en dónde el foco está puesto en la confianza. Algunas de esas acciones son:

  • Otorgar el poder de decidir. Delegar no es asignar tareas, se trata de involucrar al empleado en el proceso completo de una misión en la cual tendrá un grado alto de responsabilidad y por lo tanto el poder de decisión. Es brindar la oportunidad de generar sus propias soluciones.
  • Mantener actualizados los perfiles de los empleados. Decidir a quién se le delega una actividad es una decisión importante. Conocer los perfiles, intereses y capacidades de los empleados es fundamental.
  • Brindar la información completa. El líder que delega también debe ceder toda la información relevante para llevar a cabo la tarea correspondiente de manera eficiente. Es importante ser claros a la hora de comunicar las tareas y los objetivos, y mantenerse siempre disponible.
  • Construir confianza. La gente se siente motivada y confiada para participar en un ambiente armonioso donde impere la honestidad y el respeto. Escuchar a los otros es una gran virtud, crea lazos de confianza y enriquece las relaciones. • Facilitar recursos. Todo debe estar a disposición del empleado para el buen cumplimiento de la tarea, desde los recursos materiales hasta los tiempos razonables.
  • Distribuir las tareas equitativamente. Cada uno tiene responsabilidades que cumplir además de la tarea extra delegada. Es necesario distribuirlas de manera sensata, sin sobrecargar sólo a uno.
  • Reconocer y felicitar. El reconocimiento y el crédito por la tarea realizada son fundamentales. Felicitar y agradecer fortalece la confianza y las ganas de seguir sumándose a nuevos desafíos. Organizar correctamente el talento humano de su empresa generará éxitos y bienestar corporativo, empleados motivados con ganas de aprender nuevas tareas y una fuerza de trabajo dispuesta.
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